(FOR ENGLISH VERSION, SEE BELOW)

Cuando uno tiene la suerte de ser periodista cultural, lo invitan a inauguraciones y eventos especiales para los medios. Por lo general, esto incluye experiencias guiadas por los curadores, productores, etc.

Tengo que decirles que esto es lo mejor de ser periodista cultural, porque es como tomar una clase magistral con los profesores más experimentados.

Ahora, si uno no tiene la suerte de ser invitado a este tipo de eventos, aún le queda la opción de ir a las inauguraciones de exposiciones, charlas y tantísimas otras actividades que se desarrollan hoy en día en torno a los eventos culturales. Para quienes somos autodidactas, esta es la mejor forma de aprender, digamos: se aprende desde una experiencia, de manera activa.

Es en estos eventos culturales en los que realmente se conoce la obra de un artista, porque aun si no es el curador o no hay propiamente un guía, siempre hay alguien que da una explicación de lo que está pasando, de por qué se hizo, qué mensajes están tratando de transmitir. Y en este proceso, es como aprender, por ejemplo, arte contemporáneo en tiempo real.

Estas actividades muchas veces conjugan diferentes expresiones artísticas, alguien actúa, danza o lee poemas, por decir algún ejemplo.

Y la cereza del pastel la ponen los patrocinadores, que generalmente reparten bebidas y refrigerios a fin de que nadie deje el lugar, porque el horario le coincidía con la hora de la cena. Es decir, que en algunos casos, la experiencia, además de alimentar el espíritu, cultivar el intelecto o ampliar perspectivas, se convierte en un placer gastronómico.

Dicho de otro modo: ¡Hay que ir a las inauguraciones!

(ENGLISH VERSION)

When you’re lucky enough to be a cultural journalist, you get invited to openings and special media events. This usually includes experiences led by the curators, producers, etc.

I have to tell you that this is the best thing about being a cultural journalist, because it’s like taking a master class with the most experienced professors.

Now, if you are not lucky enough to be invited to this type of event, you still have the option of going to the opening of exhibitions, talks and many other activities that take place around cultural events. For those of us who are self-taught, this is the best way to learn, let’s say: you learn from experience, actively.

It is in these cultural events that the work of an artist is really known, because even if it is not the curator or there’s no guide at all, there is always someone who gives an explanation of what is happening, why it was organized, what messages they are trying to convey. And in this process, it’s like learning, for example, contemporary art in real time.

These activities often combine different artistic expressions, someone acts, dances or reads poems, to name a few.

And the icing on the cake is provided by the sponsors, who generally distribute drinks and snacks to ensure no one leaves the place because the schedule is conflicting with dinner time. In other words, in some cases, the experience, in addition to feeding the soul, cultivating the intellect or broadening perspectives, becomes a gastronomic pleasure.

In other words: you better go to openings!